28 Jul CUENTOS PARA DORMIR ADULTOS, RELAJARSE | 100MIL Reprod
Cuentos para dormir adultos y relajarse
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Como bien sabrás, la mayoría de nosotros vivimos hoy en día una vida muy ajetreada. Cuando somos adultos, vivimos muchas situaciones que necesitan cierta implicación por nuestra parte, debemos tomar decisiones, debemos responsabilizarnos de ciertos asuntos…
Así, es común que aparezcan ciertas reacciones de estrés, que pueden manifestarse en nerviosismo, afectividad negativa (cambios de humor, enfados…), sensación de falta de control, etc. Por ello, es importante poder regular nuestro estado tomándonos un respiro y aprendiendo también a desconectar.
Algunos optan por la música para relajarse, otros acuden a cuentos para dormir de adultos
En cualquier caso, desde Émora Psicólogos en Torrejón de Ardoz, queremos aportar nuestro granito de arena a partir de varios audios que hemos creado con el objetivo de conseguir cierto estado de relajación.
El primero de ellos, denominado «los 20 minutos de calma» está elaborado por 12 Psicólogos del Equipo de Émora (Benito Bernabé, Alfonso González, Carlos Bernabé, Luis Lorenzo, Elena Ballesteros, Kaja Chmielowiec, Sandra Nieto, Laura Davins, Rocío Castaño, Naiara Matesanz, Elisa Seco y Alicia Jiménez), es un cuento para dormir que trata de sumergirte en un estado de relajación y te narra una bonita historia relajante que te ayudará a conciliar el sueño. El segundo cuento para dormir, también destinado a un público de adultos, fomentará tu relajación y te aportará una metáfora con moraleja incluida que estamos seguros de que te hará reflexionar.
«Historias para dormir adultos: por qué son tan beneficiosas»
Los cuentos cortos para dormir son perfectos para generar un estado proclive para la conciliación del sueño
CUENTO PARA DORMIR ADULTOS NÚMERO 1
Para descubrir el primer cuento «Los 20 minutos de calma» desarrollado por 12 Psicólogos del Equipo de Émora, dale al play que aparece a continuación:
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* Y si prefieres escuchar la historia para dormir relajante únicamente en formato audio para cerrar los ojos… A continuación puedes escucharlo haciendo click directamente en «Escuchar en el navegador»:
Para descubrir el segundo cuento para dormir para adultos titulado «La metáfora de la carretera» desarrollado Émora, dale al play que aparece a continuación:
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*Y si prefieres escuchar la historia relajante únicamente en formato audio para cerrar los ojos… A continuación puedes escucharlo directamente haciendo click en «Escuchar en el navegador»:
Y a ti, ¿los cuentos para dormir para adultos te gustan tanto como a nosotros?
A continuación, incluimos también la transcripción de ambos audios en formato texto, por si te apetece leer el fragmento o los fragmentos (con tu propia voz) a una persona querida:
TRANSCRIPCIÓN CUENTO PARA DORMIR NÚMERO 1
Busca un lugar tranquilo… Colócate en una posición cómoda y cierra los ojos… Una vez que hayas encontrado una buena postura, toma conciencia de cómo se encuentra tu cuerpo… Hazte consciente de los puntos de contacto con la superficie de cada parte de tu cuerpo… Observa la presión que ejercen tus piernas y brazos en esa superficie… Observa cómo tu cabeza reposa cómodamente… Repite mentalmente conmigo “estoy completamente tranquilo…”, “muy tranquilo…”
Focaliza tu atención en tu respiración, coge aire por la nariz y suéltalo lentamente por la boca… Pon atención en los movimientos que se producen en tu cuerpo… Hazte consciente de cómo tus pulmones se expanden para coger aire, y cómo se vuelven a desinflar lentamente… Repite mentalmente conmigo “mi respiración es tranquila y calmada…”, “tranquila y calmada…”
Ahora, presta atención a tu brazo derecho… Nota la presión que ejerce en la superficie y observa que se siente muy pesado… Repite mentalmente conmigo “mi brazo derecho me pesa mucho…” “pesa mucho…”, “y me encuentro completamente relajado…”, “muy relajado…”
Observa el calor agradable que desprende tu brazo… es una sensación muy agradable… Repite mentalmente conmigo “mi brazo derecho está caliente…”, “soy consciente de que está cada vez más caliente…”, “me siento completamente tranquilo…”
Apoya tu mano derecha sobre la zona izquierda del corazón… Concéntrate en esa zona y observa tus pulsaciones… Date cuenta del ritmo de tu corazón… Repite mentalmente conmigo “mi corazón late tranquilo…” “me encuentro muy tranquilo…”
Prosigue respirando tranquilamente, sin prisa… Desde este momento de calma, voy a proceder a narrarte el cuento para dormir que hemos preparado todo el Equipo de Psicológos de Émora:
Era una de esas frías noches de invierno cuando decidí viajar sin rumbo a un lugar tranquilo… Llegué a un entorno natural donde sólo se podía escuchar el movimiento del agua pasando por un pequeño arroyo… Era el momento de descansar.
La naturaleza y la noche me invitaban a disfrutar de ese momento único, a vivir con plenitud y a experimentar con mis cinco sentidos todo aquello que estaba sucediendo aquella maravillosa noche… El cielo estaba totalmente despejado y se podían ver las estrellas brillando intensamente… El calor de la hoguera me aportaba una sensación en mi piel indescriptible… Las hojas de los árboles acariciadas por el viento susurraban una melodía relajante al ritmo de mi respiración…Mi piel se erizaba con cada inhalación de ese aire tan puro, fresco y a la vez cálido gracias a la hoguera. La temperatura era perfecta, mis músculos se relajaban cada vez más en contacto con los elementos de la naturaleza y sentía el peso de mi cuerpo de una forma agradable en contacto con aquel suelo mullido que me envolvía… Podía sentir mi cuerpo pesado y relajado…
En aquel momento, me acordé de momentos especiales de mi infancia. Recuerdo perfectamente la tranquilidad que me daba mi madre cuando me abrazaba, en sus brazos sentía que me encontraba en un lugar seguro…En ese momento, me quedé admirando la grandeza oculta de la luna… Con una sensación de tranquilidad y satisfacción enormes…
Ya que cada sonrisa conlleva una sorpresa, así yo miro a mi miedo, con la plena certeza de vivir la vida y con un susurro permanente en búsqueda de ese ruido misterioso que tiene la aventura… Me vienen a la cabeza mis antiguos miedos, incluso aquellos que tenía cuando era joven. Recuerdo cómo los he ido enfrentando y superando hasta donde estoy ahora. Siento un profundo orgullo, satisfacción y tranquilidad en mí.
Disfruto de mi existencia mientras contemplo el paisaje…Imagino que están a mi lado las personas que más quiero, aquellas que me han hecho sentir especial. Guardo para ellas un eterno espacio dentro de mí…De hecho, si me esfuerzo un poco, soy capaz de percibir su olor. Aquel olor característico que cada persona tiene y que reconocería y diferenciaría sin ningún esfuerzo. Puedo oír el rumor, como si hablaran entre ellos, una conversación agradable pero imperceptible, con esa sensación de lejanía de las voces que se tiene cuando estas a punto de dormirte…
En ese momento, un sonido y leve crujido me conmueve. Entre las sombras puedo ver una figura de un animal salvaje. Empiezo a temblar, tengo miedo de que pueda hacerme daño. Pronto puedo observar que es un pequeño lobo herido… Tiene una herida en su pata delantera, en ese momento me planteo qué podría hacer para ayudarlo… Se va acercando poco a poco a mí, cojea muy despacio y mantiene su cola y orejas hacia abajo… Noto como si me estuviese pidiendo ayuda a gritos. Acto seguido, da media vuelta y me mira… Tengo la sensación de que quiere transmitirme algo pero yo no lo entiendo…
Estoy en un mar de dudas, pero finalmente decido seguirlo, me gustaría poder ayudarlo… Transitamos por el bosque durante unos minutos, puedo contemplar la oscuridad en estado puro… La naturaleza en su plenitud… Siento miedo, pero también tengo ilusión por vivir esa experiencia única. Camino entre altos árboles, arbustos frondosos y nieve. Por fin llegamos al lugar deseado, el pequeño lobo herido se para y se tumba en la orilla. El pequeño lobo me ha ofrecido un regalo, pues deja ante mis ojos un maravilloso paisaje… Puedo ver un precioso manantial con cascada, noto cómo mi piel se eriza sin previo aviso y me invita a quedarme durante un largo tiempo… Tras unos minutos, decido acercarme poco a poco a él, parece que tiene clavado algo que podría quitar con facilidad… No parece muy grave, me acerco a su herida con delicadeza y consigo retirar un cristal que le estaba rasgando la piel… Posteriormente, me dirijo a coger agua del manantial para curar su herida. Para ello, mantengo mis manos en forma de cuenco y logro limpiar la herida suavemente… Noto el acercamiento del pequeño lobo, es evidente que se encuentra enormemente agradecido conmigo… Le miro a los ojos y entiendo que nació para ser libre… Corre pequeño, hacia lo salvaje, siempre…
Me detengo por unos instantes a observar la vida, a dedicar el tiempo a lo verdaderamente importante, a descansar del camino tan largo que he realizado para llegar hasta aquí… y siento cómo mi cuerpo se siente cansado y agradablemente pesado… Muy cansado y muy pesado… Fascinado, me detengo a observar el brillo del correr del agua, que no para de moverse de forma suave y rítmica… Ese fluir del agua provoca en mí preguntas sobre cómo será mi futuro… Será apacible y tranquilo como este maravilloso manantial… o será brillante y frenético como la hermosa cascada que ven mis ojos… ¿Quién puede llegar a saber qué me depararán los nuevos horizontes? Nadie lo sabe…
Pero lo que sí sé es que tengo ganas, ganas de seguir disfrutando de los pequeños detalles que la vida me ofrece, ganas de reírme con la gente que me importa, ilusión por descubrir nuevos retos y… caer, sentir la caída, verla de cerca, y aprender a levantarme, pero sobre todo, quiero seguir sumando momentos que forman parte de lo que voy siendo, y eso me genera una sensación de adrenalina increíble…
En ese momento de exaltación sucede algo inesperado…me acerco al manantial y no soy capaz de ver mi reflejo… Me asusto, no me lo puedo explicar, es imposible… Y de repente… Abro los ojos y me doy cuenta de que todo había sido un bonito sueño vívido y real… Un sueño que me ha invitado a vivir plenamente y me ha brindado una bonita lección… Estamos aquí para experimentar y disfrutar de nuestro viaje, eso es lo más importante… Ahora me siento tremendamente bien… ha llegado el momento de volver a cerrar los ojos y soñar… Y hasta aquí el cuento para dormir de hoy… Desde Émora Psicólogos nos despedimos, te damos las buenas noches y te deseamos que alcances el mejor de tus sueños…
TRANSCRIPCIÓN CUENTO PARA DORMIR NÚMERO 2
La metáfora de la carretera. Una historia que te ayudará a dormir esta noche y que no te dejará indiferente. Escrita y narrada por Alicia Jiménez, de Émora Psicólogos.
En esta ocasión, antes de comenzar con esta historia, te voy a invitar a que prestes atención a tu cuerpo durante unos minutos. Encuentra un momento tranquilo. Elige una posición cómoda. Nota la fuerza que ejerce tu cuerpo sobre la superficie en la que te encuentras. Date cuenta de la tensión de tu cuello y déjalo reposar. Observa la postura que has adoptado con tus piernas y brazos. Comienza a destensar tus cejas, es momento de dejar de fruncir el ceño. Relaja todos y cada uno de tus músculos.
Ahora, permítete cerrar suavemente los ojos. Haz que tu respiración sea natural, no intentes forzarla ni cambiarla. Empieza a inspirar profundamente por la nariz, y suelta con calma el aire por tu boca. No importa que tu respiración sea sonora, simplemente presta atención al aire que entra y sale suavemente de tu cuerpo.
Lleva la atención a aquel lugar de tu cuerpo en el que notas con mayor nitidez esas sensaciones físicas que produce tu respiración. Observa cómo el aire entra por la nariz con una ligera sensación de frío en tus fosas nasales. Observa ahora cómo sale cálido por la boca. Observa también el movimiento que se produce en tu pecho cuando coges y sueltas ese aire.
Deja que la respiración lleve su ritmo, no importa si va más rápida o si va más lenta. No te juzgues, concéntrate en observarla.
Ahora, desde este lugar de calma voy a proceder a narrarte la metáfora de la carretera:
Imagina que es primavera y has planificado una escapada con tu pareja. Tú te sientas en el asiento de acompañante y te dejas llevar. A varios kilómetros de tu casa, comenzáis a transitar por una carretera convencional. Habéis encontrado un lugar precioso, no hace falta hablar para comentar lo especial de ese momento, ambos lo estáis disfrutando al máximo. Piensas el regalo que te ha ofrecido la naturaleza por brindarte ese momento. Sientes como si el paisaje te saludase y el sol brillase con esplendor.
Decides apagar la radio, necesitas vivir con plenitud ese momento. Desde tu asiento, puedes observar un bosque frondoso lleno de flores de colores magenta y un lago azul celeste. Abres la ventanilla para poder oler la fragancia que desprende esa vegetación, para poder escuchar el cantar de los pájaros, para notar cómo el viento y el sol provocan algunas sensaciones en tu piel…
Es un momento maravilloso. Permanecéis varios kilómetros disfrutando con calma del camino. Te sientes bien, realmente no pensabas que te iba a gustar tanto el viaje, te alegras por haber decidido planificar la escapada.
En ese momento, empieza un tramo en el que observas una sucesión de curvas cerradas. La primera es muy cerrada, te da miedo, sientes que no tienes en control, que no puedes ver más allá de la curva…
De repente, aparece un obstáculo y tu pareja logra sortearlo. Realmente te cuestionas si debéis seguir por ese camino, tienes miedo de que vuelva ocurrir. Piensas continuamente en el obstáculo que habéis sorteado, en si has hecho bien en haber planificado el viaje, en qué pasaría si chocáis con algún obstáculo de ese estilo, o incluso en si sería mejor opción volver a casa.
Pero algo sucede… Te das cuenta de que realmente en ese transcurso de tiempo, no has disfrutado plenamente del regalo que te ha brindado la vida. Has prestado atención continua a lo que ocurrió en el pasado y a lo que podría suceder en el futuro. Te has olvidado de vivir el presente.
En este caso, la carretera con curvas simboliza la vida. Una vida en la que todos sabemos que existe la incertidumbre y los obstáculos, pero también una vida que te regala cosas muy valiosas. A veces, por mucho que intentamos controlar, algunas circunstancias no son controlables.
Por ello, es importante que disfrutes del momento presente dejando de lado el pasado y el futuro. Es importante que seas consciente de todos y cada uno de los regalos que nos presenta la carretera de la vida.
Si en alguna ocasión, en mitad de la carretera, se queda atravesado un tronco de un árbol que te impide continuar, es necesario que pidas ayuda. En ocasiones, es necesario esforzarse por cambiar su estado para poder continuar.
Así, en este momento, presta atención al presente, descubre con tus 5 sentidos todo aquello que la vida te da, disfruta cada experiencia vivida, impresiónate con los detalles, comparte momentos con tus seres queridos.
En definitiva, aprende a disfrutar del viaje, porque cada minuto que pasas transitando por la carretera de la vida es oro… Disfruta de la noche y que tengas dulces sueños.
SECCIÓN CUENTOS E HISTORIAS
¡NOVEDAD! Te ofrecemos la posibilidad de llevar a cabo una revisión vital y recorrer los aspectos positivos de tu vida, así como promover la estimulación cognitiva y memoria autobiográfica. Actividad muy recomendable para adultos y adultos mayores para dar sentido a vuestra historia. Haz click aquí o en la imagen que aparece a continuación:
Si prefieres escuchar historias infantiles, haz click AQUÍ o en la imagen que aparece a continuación para acceder a cuentos infantiles con moraleja incluida diseñado por nuestro Equipo de Psicólog@s… ¡A los niñ@s les encantarán estas historias para dormir con significado!
Esperamos que te hayan gustado estos cuentos para reflexionar y dormir, muchas gracias por tu atención
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– Para leer el artículo anterior sobre autoestima, haz click aquí.
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– Editado y Narrado por Alicia Jiménez, Psicóloga del Equipo de Émora.
Febrero 2022
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